Rodrigo Olea: Ironman Brasil 2010


Después de correr varios 70.3, fueron 8 en Total (Pucón, Piedra Roja, Puerto Velero, Mendoza), 1 ITU, 3 Sprint , tenía que graduarme como Triatleta, Brasil me esperaba, con el pasaje e inscripción listos comenzó la preparación Mental y Física.

La intensión era llegar en buenas condiciones y disfrutar de la carrera, el tiempo estimado para completar la prueba eran 12 horas, la verdad no importaba mucho, sólo llegar en buenas condiciones para disfrutar y no pasarla mal.

Comencé reuniéndome con mi entrenador Edgardo Opazo, a quien estimo mucho, me ha dado mucha confianza su larga trayectoria como Triatleta, además como Kinesiólogo, que me recuperó de mis 3 hernias sin operarme, gran logro porque literalmente no caminaba, con todo ese Historial la decisión estaba tomada.

Sólo esperar la fecha exacta para comenzar, última semana de Febrero. Dentro de las reuniones con Opazo, me dejó muy claro el Plan, si terminaba los entrenos cruzaba la Meta, debo decir que fueron duros, muy duros, no baje de 160 km de pedaleo con un peak de 200 km en solitario, desde mi Dpto en Maipu hacia la Cuesta Barriga, para no perder tiempo en traslado, terminó siendo mi centro de entrenamiento dominado completamente. En trote con peak de 32 km, por la costanera y los días largos en Vespucio hacia el Aeropuerto. La natación sólo 2 días a la semana, porque los lunes no me levantaba, Juan Paez/Mario Montes, gran valor, me pedían que fuera, pero era imposible.

El primer mes, super motivado energías por todos lados. El segundo mes, ya las fuerzas iban mermando, me sentía pésimo, un par de pálidas en la ruta que me dejaron literalmente botado, aprender a comer en la bicleta fue la clave para superar los malos momentos. Entendí que era importante la alimentación. El mes más crítico fue Abril, a esa altura ya estaba convencido hasta el km 21 del maratón, luego era incierto, pero un sabio consejo: kilómetro a kilómetro, paso a paso fue la clave (Gracias Ed).

Ya en tierras Brasileras con la tranquilidad de haber hecho un trabajo a conciencia, sólo esperar la añorada largada, cuando el Sol despuntaba en el mar. Es increíble esa sensación, una emoción contenida junto a 1.700 almas esperando la sirena de largada. Como había nadado varios días antes, la estrategia era una buena orientación dentro del agua, guiándome por la isla y una puntilla que asomaba por la derecha, luego girar la primera boya y apuntar a la más pequeña, luego enfilar hacia la playa, fuerte y derecho, brazadas largas y constantes. La segunda vuelta fue similar, concentrado en la orientación. La salida fue increíble, ya había completado la primera parte del Ironman, ahora quedaba la parte más larga, concentrado en sacarme al gua salada, el traje voló como un Plátano, correr a cambiarme ropa seca, mucha crema, zapatos, casco, comida en la tricota, repuestos, lentes, mi redbull y listo a montar la ”MAKINA”, así se llama mi Bici. Iba todo como se había planificado, ya en el km 40 comenzaron los pinchazos, y me decía que % pincha ¿?, veía como una P2, P4, Orbea, pinchadas y Yo con mi Trek Equinox dándole duro, pero controlado, el plan era primera vuelta de reconocimiento y comer cada 30 minutos. Vuelta en los 45 km y pasaban muchos PRO, pero seguía pedaleando a mi ritmo, completando los 90 km y mi bolsita con Pan, Coca Cola y proteínas y vuelta a completar los 90 km restantes. El fantasma del picnhazo comenzó en mi mente, lo que era de esperar llego en el km 120, un pinchazo, a esa altura mis movimientos eran ágiles, asi que demoré 5 minutos en reparar, cambiar y volver a montar. Comenzó la makina a funcionar, el reloj marcaba 32, 34, 36 Km por hora parejos en las subidas, una Makina, la cuesta había rendido frutos, todo bien demasiado bien, me sentía rodando, km 160 y la lluvia, un desastre esperable, lo que no quería era trotar con lluvia. Entrando a Jureré la pega estaba terminando, el reloj marcaba 8 horas de competencia y faltaba la maratón, mis cálculos indicaban que si corría en 6 minutos el km, la maratón la completaba en 4 horas, tiempo total 12 horas, ”Sólo era un deseo”.

Me bajé a correr y la humedad era teeeeerrrrribleee, esos 21 km fueron inolvidables. Ya comenzando el Km 23 la brisa fresca recuperaba, pero lo mejor fue la sopita que incluía un pancito (recuerdos de mi Madre en invierno para capear el frío). Hasta el Km 32 me sentía muy bien , esperando sentirme mal, fue en el 34 donde ya caminaba, los grillos, las luces de los autos, la luna fiel compañera. A esa altura caminando terminaba la prueba, pero me armé de valor y comencé a trotar o casi, llegó el km 38 y ya estábamos disfrutando y saboreando la Meta, a lo lejos el campanario donde quedan 2 Km, como explicar esos metros, 2.000 metros de emoción, la gente te aplaude, te grita ” Ya eres un IRONMAN”, Go, Go, Go, Go, música, Chilenos que te gritan. Recordé que las fotos me habían costado 90 lukas y tenía que llegar solo a la meta y con mi mejor sonrisa, así que mirando para atrás todos corrían mas rápido, por lo que dejé pasar unas 3 ó 4 personas.

Últimos 50 metros y entro solo con los brazos en alto tirando besos y saludando como si me estuvieran esperando, me dije ya soy un IRONMAN.

Mi Frase: “Nadar como PEZ, Pedalear como MAKINA y Correr con la CABEZA”.

Agradecimientos a la Familia por la ayuda, a mi Hijo Tomás por entender que el ”Papá otra vez tiene que salir a entrenar “ y a Claudia, mi Compañera de esta nueva etapa en mi Vida.

Solo Gracias y ahora si me pueden decir “IRONMAN”.

Saludos a Todos y le entrego este relato con Mucho Cariño.

RODRIGO “IRONMAN” OLEA

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Que emocionante relato!!. Te felicito por tu constancia y esfuerzo. Merecidísimo titulo de IRONMAN!!!

Wena IRONMAN tengo tus fotos de las 90 lukas, donde bajamos las otras?

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