Felipe Prado: Medio Puerto Varas 2011


Gracias a la amabilidad de los Puerto Varinos

Puerto Varas sería mi segundo o técnicamente primer “70.3”, después de haber completado Pucón. Las ganas de cerrar un verano compitiendo en esta distancia, logró atraer a mi familia para acompañarme a tan largo viaje desde Santiago, por tan sólo un fin de semana.

Puerto Varas, tiene su encanto, es sin duda mi ciudad preferida del sur, aun cuando viví más de 8 años en la hermosa ciudad de Valdivia. Pero Puerto Varas está ligada a mi primera maratón en 1998 cuando tenía 18 años, a medias maratones y a mi 5° maratón consecutiva durante el año 2009, lo cual hace que sus caminos y su gente, representen imborrables recuerdos.

Técnicamente Fernando Heredia describe muy bien como fue la carrera, a lo cual poco puedo agregar, sin embargo lo que quisiera compartir es mi experiencia en la carrera, como logré terminar el ciclismo con la ayuda de muchas amables personas.

Cuando llegué al parque cerrado, observé el poco aire que tenía en mi rueda trasera, al inflarla vi que la válvula estaba rota y que estaba perdiendo más aire aún, pero el tiempo ya se acababa y debíamos comenzar la carrera. Angustiadamente le pedí a alguien de la organización que me ayudara, y gentilmente se ofrecieron a cambiarme la cámara mientras terminaba el nado. Lo cual me dejaba más tranquilo para completar los 1.900 metros de natación. Al terminarlos e ingresar al parque cerrado, la rueda estaba cambiada y con la presión de aire perfecta, permitiéndome comenzar la etapa de ciclismo.

Ya habíamos pasado la mitad del tercer giro, cuando siento que la rueda trasera comienza a desinflarse. Me bajo, busco los desmontadores y me percato que se quedaron en el parque cerrado cuando pedí que me ayudaran a cambiar la rueda. No había mucho más que hacer, intente con unos palitos desmontar la cámara, pero no había caso. Opte por caminar con la bicicleta al lado, hasta dar con alguien que me ayudara a desmontar. 15 minutos después una pareja de turistas ofrecen ayudarme, ya que tenían desmontadores, saque mi cámara de repuesto, logramos cambiarla, inflamos con aires comprimidos que llevaba en mi tricota, y retome felizmente la carrera. Un par de kilómetros más, y la rueda vuelve a desinflarse, esta vez seguía sin desmontadores y ya no me quedaban comprimidos de aire. Sólo me quedaba volver a caminar, con la angustia de no hallar más soluciones para poder continuar la carrera. Llevaba ya más de 30 minutos detenido y llegué caminando al punto del giro del trote, donde ya estaban corriendo los punteros de la carrera. No había más que esperar a alguien de la organización para regresar al parque cerrado, dando por terminada mi participación. Recordaba que justamente en aquel tramo mi padre me alentaba en los últimos 10 kms del maratón, siendo aquella instancia la última que compartimos antes de su fallecimiento unos meses después.

Fue en ese momento cuando aparece una persona en bicicleta, me ayuda a inflar con su bombín pero no hay caso, algún problema tenia la rueda que no podía inflarla. No sé qué cara de angustia tenía yo, pero el se ofreció a prestarme su rueda. Cambiamos las ruedas, me subí nuevamente y llegue al sector de la meta para dar la vuelta y comenzar así el último giro de 22,5 kms. Creo que a esas alturas sólo quedaban un par de bicicletas más en el recorrido. Mi señora y mi hijo ya sabían que algo me había sucedido, y daban por hecho que no continuaría, pero yo no podía rendirme después de haber sobrevivido en Pucón.

El último giro fue fuerte, si bien sonaban los cambios y la cadena, solo me limitaba a usar la velocidad que menos ruido metiera. Así logre dar la última vuelta, al ingresar al parque estaba la persona esperándome con mi rueda la cual obviamente no pudo arreglarse, y comprendí que él tuvo que caminar unos 5 kms con su bicicleta y mi rueda hasta llegar a la meta, sólo por ayudarme.

Comencé así el trote, mi señora feliz de que no me haya retirado y me acompaña unos kilómetros corriendo. Con la emoción de saber que podía terminar la carrera, cuando ya todo estaba perdido, logro adelantar a varios corredores y terminar felizmente los 21 kms en 1:50.

Alzando los brazos cruzo la meta, abrazo a mi familia y recibo mi medalla FINISHER guardando así en mi memoria mi primer “70.3 no duatlón” con la gentil ayuda de muchos puerto varinos.

Felipe Prado
BrainTeam

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Querido hermano, me emociona saber que te encuentras bien, desde hace un largo tiempo ya que no se de ti, y me alegra leer estas noticias.

Eres un ejemplo a seguir hermano.

Saludos a tu familia, y nos vemos pronto querido hermano.

Anastacia te manda saludos desde aqui...

chao compadre.

Te vi cambiando la rueda y no entendí nada...ahora comprendo!. Felicidades. Ese es el espíritu..primer objetivo, terminar la carrera, después viene la anécdota que es el tiempo y el lugar, podios, etc etc etc. da lata ver tantos DNF porque no se sintieron al 100% y Elites botando carreras a mediocamino. Felicidades again!!!!

Cualquier persona normal se hubiera retirado. Pero pudiste superar la frustración y seguiste. Un verdadero ejemplo para todos. Felicitaciones Felipe!!

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