Sebastián de Peña: “Fue una alegría total”


Race Report Ironman 70.3 Pucón 2019

Es difícil resumir todos los momentos y sensaciones que uno pasa a lo largo de una carrera. Particularmente Pucón tiene su encanto por ser una las principales carreras con una gran carga emocional. Esta fue mi tercera edición.

Hermosa pero dura, que puede sacar lo mejor o peor de uno. Siempre he dicho que Pucón castiga de sobre manera a quienes apuestan y pierden. Es una carrera donde salir de la planificación puede costar muy caro versus lo que uno puede ganar en tiempo. En las dos ediciones anteriores aposté en la bici y pagué en la península.

Sin embargo, ahí estábamos, listos para dar pelea una vez más. El entrenamiento había sido duro, tanto físico como emocional. Fue el primer ciclo que realizaba de manera completa como papá, pero llegaba ¡en excelente forma! O por lo menos así me sentía.

Además, contaba con una barra excepcional: mi abuela volvía a Pucón después de 50 años y por fin me vería competir. También sabía que me estaban siguiendo en la casa la Montse y la Agus (Señora e hija).

Ya estábamos en la largada, la playa colmada de gente y comenzaron las salidas, nosotros salíamos últimos. Fue una natación complicada desde el inicio, y si bien el agua estaba movida, la mayor complicación fue la cantidad de competidores que dificultó una natación pareja y tranquila.

Salgo del agua con un buen tiempo, pero no conforme, siendo que tuvo 2.100 metros. Estaba bien posicionado y salí rápido a la T1.

Afuera traje y casco. ¡Ya estaba arriba de la Felt! Salí rápido y con buena potencia desde el inicio, pasando el aeropuerto tranquilo y enfocado en la carrera con los watts pedidos por el coach. Mucha gente en el circuito dificultaba los pasajes en los repechos.

Sabía que la carrera comenzaba una vez pasado el paradero donde terminan los repechos. Llegando al punto mencionado los watts se transforman directamente en velocidad.

Venía con una excelente carrera, bien hidratado, alimentándome según el plan y muy enfocado en adelantar bien, no bloquear y respetar el reglamento.

Llegué al giro y seguía enfocado con una excelente carrera, sabiendo que tenía mucho en el estanque y que recuperaría esos minutos de la natación en el último giro del trote.

Cinco kilómetros más adelante, llegando a Curarrehue, me encontré con una gran cantidad de competidores. Era imposible pasar, pero con una gran concentración, logré pasarlos y evité perder el control.

Venía realizando una carrera impecable, haciendo los pases como corresponde, hasta que de repente en medio segundo, me encontré deslizando por delante de los pads que estaban transpirados. Según testigos parece que toque una tapa de alcantarilla que me desestabilizo y me hizo perder el acople, me encontré con los aero bars a la altura de la costilla y medio cuerpo delante de la bicicleta. Lo único que atine fue a cubrirme la cabeza con los brazos, sólo esperando que terminara de la mejor forma posible.

Cuento corto: mortal hacia adelante, aterricé con una mano, antebrazo, hombro, espalda, poto, bicicleta disparada como boomerang. Atravesé la calzada y quedé del otro lado de la pista.

Por suerte no fui atropellado por ningún competidor y logré pararme rápidamente. En ese momento me senté y analicé la situación. No sentía ninguna lesión grave que me impidiera seguir y se acercaron los carabineros que propusieron traer la ambulancia.

En ese momento uno plantea como un plan de carrera por más detallado y perfecto que sea, puede cambiar en cuestión de segundos con cualquier imprevisto y con ello uno debe tomar decisiones en el momento.

A la pregunta del carabinero de traer la ambulancia, doblo la apuesta y les digo que traigan la bicicleta, ¡esto no se puede terminar acá! Revisé la bicicleta, sin daños importantes, me permitía seguir con el plato grande fijo y sólo funcionaban los piñones. En ese momento, Garmin al bolsillo, chau watts y a dejar todo en el circuito que ¡hay tiempo para recuperar! Promedié de la caída a T2 46 Km/h, fue literalmente un ataque constante de 40 km.

Llegando a la T2 fue muy difícil bajar, demoré mucho tiempo en la T2. Ponerme los calcetines fue una tortura constante.

Salí a la península y debía ver cómo me encontraba para el trote.

Al correr me encontré -para sorpresa mía- que me encontraba 6to de la categoría con un 5to y 4to muy cerca... Lo que me motivó el doble, me llené de ánimo y seguí con la adrenalina bien arriba.

El aliento de la gente ayudaba mucho. El primero y segundo ya venían cortados a más de 4 minutos en la segunda vuelta… Imposible descontar… pero veo al 3ro cerca. Lo alcanzo, pego un palo y me pude separar. Venía 3ro, algo increíble con todo lo sucedido. Llegando a la meta veo el tiempo y me encuentro ¡debajo de 4:30! Había cumplido el objetivo, pero con una ejecución que no tiene ninguna semejanza a la planificación previa.

Llegué directo a la carpa médica, veo los tiempos y descubro que quede 4to ¡¡¡¡por 1 segundo!!!! Cosas del deporte…

Fue una alegría total, no sólo por el resultado, sino por la carrera realizada, que fue espectacular.

Realmente me siento un guerrero, determinado y fuerte mentalmente para enfrentar los distintos momentos de competencia. Realmente me siento un privilegiado, en un deporte de endurance, donde uno exige, no sólo su cuerpo sino su mente al máximo, tener una cabeza fría ayuda a poder enfocarse, volver a la carrera y ajustar la estrategia sobre la marcha.

Ahora me encuentro todo machucado y con 4 fracturas en la muñeca izquierda, pero disfrutando de una experiencia más que deja esta gran carrera.

A recuperarse, disfrutar con mi familia y volver a las pistas lo antes posible.

Agradezco a la familia que está en todo momento apoyando, y es la fuerza que me permite empujar este deporte.

No sólo me corresponde agradecer a mi familia, sino también a la empresa donde me desempeño de manera profesional K-One y grupo Belsport. Ellos no sólo me apoyan para competir con permisos adicionales, sino que esta vez estaban presentes en la península gritándome en cada uno de los giros.

A mi entrenador, Claudio Montejo, no tengo palabras para agradecerle por un año increíble en el circuito nacional. La dedicación que le da a mi planificación y el soporte que me da hasta como psicólogo son de otro nivel.

También quiero agradecer a mis compañeros de entrenamiento, que me aguantan cada estupidez que se me ocurre mientras entrenamos, en especial a Seba Gebhardt, que me aguanta cada palo y me lo responde con otro. Cuidado con este que va a dar de que hablar.

Por último, pero sin menor relevancia es importante agradecer a las marcas que confían en mi y me apoyan para poder desarrollarme en este deporte: Xterra y Taymory que me apoyan con indumentaria de la mas altísima calidad para entrenar y competir (Rod, Marivi, Norberto y Karla realmente se pasan, siempre corriendo detrás de mi pésimo timing).

Tamango Brebajes y Vitargo que me apoyan con alimentación durante y después de mis entrenamientos y carreras, clave para poder rendir en el resto de las actividades que componen mi día a día.

Finalmente agradecer a Ignacio Delgado que se dio el tiempo de escribir este Race Report por mí. Sos un crack.

Sebastián de Peña

Fecha de la carrera: Domingo 13 de enero de 2019

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