Rodrigo Marchessi y Verónica Maldonado: IM Fortaleza 2014


Ironman Fortaleza 2014: Un paso más, un paso menos

Fue una buena noticia para la familia del Triatlón cuando a fines del 2013, se anunció que se realizaría un segundo Ironman en Brasil, esta vez en Fortaleza. Desde ese momento surgieron muchas interrogantes, como por ejemplo, si las inscripciones durarían lo mismo que para Florianópolis, cuántos cupos estarían disponibles, pero la más recurrente que recuerdo fue como afectaría el desarrollo de la prueba la alta temperatura, humedad y el intenso viento porque era una plaza, carrera y recorridos sin antecedentes previos, lo que influía en el desempeño individual principalmente para quienes no somos triatletas profesionales.

Es así que una de las primordiales tareas era analizar lo que incidía en forma transversal en las tres disciplinas, el famoso y “temido” viento, con su alta intensidad y ráfagas constantes. En cuanto a la natación importaba a qué hora comenzaba, pues las olas se incrementarían en forma proporcional, lo mismo para el ciclismo para determinar hasta qué hora se podía evitar, por lo menos en una vuelta. Y para el trote, ya que refrescaría un poco.

Teóricamente el problema podría ser resuelto del análisis de varios gráficos y antecedentes estadísticos, de los cuales se pudo extraer múltiples conclusiones, la más común es que Noviembre tiene la mayor probabilidad de viento y ráfagas fuertes, las temperaturas más altas, por lo tanto, la prueba merecía una preparación intensa y específica a los principales factores mencionados.

Llegada y días previos a la carrera

Previo al aterrizaje pudimos confirmar desde el aire el fuerte viento, con palmeras defendiéndose en “precarias” condiciones. Descendimos del avión y al tomar el transfer nos recibió una brisa muy cálida, así que no había duda de que habíamos llegado a Fortaleza y con esas condiciones teníamos que correr. Llegamos al hotel e hicimos un trote corto, coordinaciones para el día siguiente y acostarse. En la mañana, nos levantamos a las 5 am y nos fuimos al hotel donde estaban los otros integrantes de RPM David Elgueta y José Martabid. En el camino por la costanera pudimos ver a muchos atletas corriendo o al igual que nosotros realizando el recorrido de ciclismo. A las 6 am iniciamos el reconocimiento de la ruta, al poco andar me di cuenta que había pinchado, David y José me auxiliaron, pero no había nada que hacer, así que de regreso al hotel y cambiar tubular. En la tarde, me encontré con otros chilenos y de los ocho que fueron al recorrido, dos pincharon, lo que indicaba que definitivamente las posibilidades de repetirse en la competencia eran altas, por lo que el repuesto y los cartuchos de aire comprimido serían parte fundamental del kit de ciclismo, obviamente el problema era lo segundo, pues no los permiten en el avión y estaban agotados en casi todas las tiendas, ufff, al final me conseguí con corredores locales.

En la tarde a la charla técnica y luego un trote corto y suave, para después preparar la bicicleta para el bike check in y a descansar porque se venía una competencia muy fuerte. Al día siguiente a las 6 am estábamos en el comienzo de la natación y las condiciones se veían buenas, soltamos un poco en el agua y efectivamente estaba a 25°C y muy salada, por lo que la flotabilidad era muy buena y además bastante quieto cercano a la partida, pero a la distancia se vía el oleaje bastante mayor provocado por el viento. Según los datos entregados entre las dos boyas del retorno sería la parte más complicada y durante el regreso la corriente sería hacia la costa.

La competencia

Como estaba previsto a las 05:50 largaron los elite, en ese momento, un beso y abrazo a mi señora Verónica, que también iniciaba la competencia y partiría más atrás. A las 06:00, desde el agua, se dio inicio a la natación, el primer tramo de 1.700 metros, en donde la boya fue reemplazado por un barco, por lo que se veía bastante bien, en ese punto el oleaje era similar al de Puerto Velero con viento. Nos dirigimos hacia la segunda boya y efectivamente esos 500 metros fueron muuuuy movidos, de regreso había que corregir la deriva hacia la costa, porque los atletas estaban nadando muy distanciados, miraba a la derecha e izquierda y no había una línea a seguir, es más, muchos se perdieron y terminaron cerca de una playa 500 metros antes del término de la prueba y perdieron bastante tiempo en llegar a la meta de esta prueba. Terminada la natación, una ducha y me saqué el speed suit o fast skin y a retirar la bolsa de ciclismo, casco puesto y a correr hasta la zona de inicio de montaje.

Los primeros kilómetros dentro de la ciudad fueron un poco trancados y los automovilistas no se veían muy contentos por la carrera, de hecho pasé por un hoyo, se me cayó la caramagiola que traía desde Chile y el conductor, no lo dudó, le apuntó medio a medio, sin molestarse en esquivarla. Terminado los primeros 20 km se daban los dos giros de 70 km en una autopista fuera de Fortaleza camino a Aquiraz. A pesar de que muchos me dijeron que no corriera con lenticular, no hice caso, ya que la había comprado recientemente y era mi “juguete” nuevo (que mala decisión, Ricardo para los no tips jajaja). En el tramo contra viento mantuve una velocidad prudente, pues según mi “teoría”, el regreso sería muy rápido con viento a favor. En la práctica nunca fue parejo, ni desde una sola dirección, más bien cruzado aunque en general desde el Este. Al regreso del primer giro con viento a favor, hubo una diferencia, pero no notoria y obviamente me acordé de todos los que me dijeron que pusiera la 808, en fin no era el momento de llorar y a terminar los giros. En uno de ellos veo a mi señora que caminaba a un punto de abastecimiento para el apoyo de los mecánicos, ya que había pinchado, le pasé mi tubular de repuesto, pues sólo quedaban los últimos 35 km (nunca tanta mala suerte). Después me contó que le quebraron la válvula de inflado de mi tubular y lamentablemente no pudo terminar el ciclismo, una pena porque confíamos en el profesionalismo de los mecánicos, lo que en esta oportunidad definitivamente no fue así.

Después de entregar la bicicleta y comenzar la maratón una brisa muuuuuy cálida nos acompañaba hasta el kilómetro siete, en el trayecto el termómetro marcaba 35°C, ufffff, nada bueno por cierto, en fin, sabía que no podía parar. Pese a todo mantuve un ritmo prudente los primeros kilómetros para ver cómo se comportaba mi cuerpo bajo estas condiciones, al término del primer giro de 14 km, no pude incrementar la velocidad y más aún tuve que bajar un poco, las piernas no podían más, en ese momento me acordaba sólo de “un paso más, un paso menos”, las explicaciones pueden ser muchas y obviamente las analicé al regreso con Marcos Ottenhsimer de RPM para subsanarlas en el próximo IM. Eso sí, nunca me salté los puestos de hidratación cada dos kilómetros, muy buenos, con harto hielo, agua, sal e hidratantes, creo que fue destacable este apoyo para todos los corredores. En el kilómetro 41 la emoción era grande, no sólo porque sabía que iba a terminar, sino porque había sido una carrera muy dura y se veía en la cara de todos los atletas. Apuré el ritmo al ver la barra chilena con nuestra bandera en la meta, siempre es reconfortante el apoyo de nuestra gente en el extranjero. En la meta la foto, masaje y a alimentarse y esperar a los que aún estaban en carrera.

Conversando con Marcos Ottenhsimer y Ricardo Cumplido, me dijeron “todos los IMs son difíciles y cada uno tiene su particularidad, lo importante es atreverse, enfrentarlos y poner toda nuestra fuerza y mente en terminarlos”, toda la razón.

Finalmente quiero dar un reconocimiento a mi señora Verónica Maldonado, quien una semana antes y por un error de otro ciclista desconocido, tuvo una fuerte caída, afortunadamente los exámenes salieron todos buenos, pero las heridas en ambas piernas y brazos quedaban, pese a ello, siempre mantuvo en mente participar y de hecho fue así, lamentablemente un pinchazo y un mal apoyo de los mecánicos le impidieron terminar la prueba y no tengo dudas que con su fuerza, constancia y entrega lo habría hecho, para la próxima Verito!!!!! Jaime Uribe y Antoni Ventura han hecho un buen trabajo y potenciado de buena forma sus capacidades.

Un abrazo grande a la familia del Trialtlón, a Marcos Ottenhsimer de RPM, con quien he compartido grandes momentos en este deporte y me ha motivado en estas tareas extremas, a los entrenadores y amigos de RPM, a los ciclistas de Calama y en general a todos quienes de una u otra forma me apoyaron en esta carrera.

Matrimonio
Rodrigo Marchessi (RPM) y Veronica Maldonado (UC)

Fecha de la carrera: Domingo 09 de noviembre de 2014

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