Escape from Alcatraz: "No basta ser el más rápido, hay que ser el mejor"


Aún recuerdo la emoción que sentí en septiembre del año pasado cuando vi mi nombre en la lista de los sorteados para un cupo en Escape from Alcatraz Triathlon, evento que se realiza desde hace 35 años y que tiene como escenario la bahía de San Francisco (Estados Unidos) y la mítica isla presidio de Alcatraz. Entonces, comenzó la preparación para un triatlón diferente, tanto por sus distancias, como las características de cada una de las etapas y que trataré de describir de la manera más fiel posible.

Previo a la carrera

Nado 1,5 millas (2.400 m), Ciclismo 18 millas (29 km) y Trote 8 millas (13 km).

No hay mucha información oficial disponible para los que no conocen la carrera o la ciudad. Aparte de las distancias, el nado es descrito como uno de los “más fríos que te pueda tocar en un Triatlón”, entre 12 y 14°C. El recorrido de bici y carrera lo puedes conocer en dibujos esquemáticos acompañados de una altimetría distorsionada que mostraba muchas subidas y bajadas, especialmente en el ciclismo con pendientes de más de 10%.

El panorama era complejo, respecto a lo que uno está acostumbrado en Chile, salvo el Triatlón Olímpico de Frutillar, que es algo parecido con un circuito de ciclismo muy técnico.

En YouTube encontré varios vídeos oficiales antiguos y otros grabados por competidores que ampliaron mi conocimiento de la carrera y el circuito.

Pero fue Bruno Fritsch quien generosamente compartió sus conocimientos y experiencia entregándome muchos datos útiles. Él es triatleta chileno que vive en San Francisco, que ha participado en varias oportunidades en esta carrera, y en esta ocasión subió al podio en su categoría con merecido tercer lugar, ¡felicitaciones! Lo contacté algunas semanas antes de viajar y desde un comienzo fue dándome todo el apoyo e información que era necesaria para un mejor desempeño en la competencia.

Una vez en la ciudad, dos días antes, por una módica suma pude unirme a un grupo (www.waterworldswim.com) que te embarca hacia el punto de partida del nado y tienes la posibilidad de nadar unos 100 m a la misma hora en que sería la carrera, y luego puedes hacer los últimos 400 m y la salida a la playa. Fue muy útil por dos motivos:

  1. Conocí los puntos de referencia en la costa dentro del agua, que se ven muy distintos a fotos o desde una embarcación.
  2. Pude sentir la fuerza del agua (la bahía es un verdadero río que va hacia el Océano Pacífico) y entiendes porque debes nadar cruzando la corriente directo hacia la costa y no hacia el punto de salida que se encuentra “río abajo”. El trayecto no debe ser una línea recta, sino más bien dibujar una “L”.

El sábado es el día de registro, retiro de kit de competencia y charla técnica obligatoria. Ésta última duró 20 minutos y entregan algunos conceptos importantes:

  • “Swim across the river” repetíamos a coro, nada cruzando la corriente.
  • En caso de alguna dificultad puedes acercarte a cualquier kayak de apoyo y descansar, si no puedes seguir te llevarán al punto de salida una vez transcurrida una hora de carrera para que continúes hacia la zona de transición y ciclismo, sin penalización.
  • “Esperamos que te hayan gustado los vídeos disponibles en la página web porque contienen toda la información necesaria”. Los había visto varias veces tratando de que no se me fuera a pasar algo importante de la explicación en inglés y no son muy pródigos en datos y detalles.

El domingo a las 4:30 am, aún de noche, llegamos (con mi esposa, fiel compañera, fotógrafo personal y apoyo técnico) a la zona de transición, para dejar lista la bicicleta, ponerme el traje de neopreno y disponer de algunos detalles, como por ejemplo, dejar a mano cortavientos, mangas, primera capa, es decir, ropa de abrigo para hacer el ciclismo, cuyo uso iba a depender de cómo saliera del agua y la temperatura ambiente en ese momento para evitar una hipotermia (sugerencia de Bruno). Cuarenta y cinco minutos después estaba en el bus que lleva al muelle para subir a la embarcación desde donde sería la partida (la isla de Alcatraz es un roquerío, por lo que te lanzas al agua desde un barco que se detiene a un costado). Lentamente se van llenando las cubiertas del “San Francisco Belle”, con los más de dos mil competidores, en un ambiente “ tranquilo nervioso” que aproveché para conocer a otros “primerizos”, dormir un rato y al final ir posicionándome de a poco cerca de una de las puertas de salida. Por los altoparlantes anuncian que la temperatura del agua es de unos agradables 56°F (13,3°C).

La carrera

7:30 am, suenan las bocinas y los élites se lanzan al agua, seguidos de una masa de gente que busca seguirlos lo antes posible. Estaba bien ubicado, aún así tardé como dos minutos en saltar y... ¡Sorpresa! No estaba tan helado después de todo, sentí más frío en Puerto Velero y mucho más en el Olímpico de Frutillar. Ubiqué mis puntos de referencia y comencé a nadar directo a la costa, hacia los muelles, pero continuamente tenía que corregir mi rumbo por corrientes cruzadas hacia uno y otro lado, hasta llegar al punto que consideré como apropiado para enfilar hacia la salida y que lo había determinado dos días antes cuando fui a nadar. En la playa mi cronómetro marcó 43 minutos, ¡el nado más rápido que haya hecho! Definitivamente, esto de las corrientes me viene bien.

A la salida me esperaba una bolsa con agua y gel que había preparado y entregado el día anterior, pero decidí no tomarla, ocuparía lo que dejé en el parque cerrado. Algunos dejan zapatillas para correr los 800 metros de cemento y asfalto que hay hasta la zona de transición. Yo hice el nado con calcetines de neopreno (booties) y con esos seguí adelante (otro consejo de Bruno).

Arriba de la bicicleta, los primeros 2,5 kilómetros son planos, buenos para sacarse el agua de encima y darle agilidad a las piernas, el día estaba nublado, frío y había decidido no abrigarme, luego un giro a la izquierda en 140 grados y comienza la primera subida. Aquí empecé a notar que la preparación y entrenamiento en subidas iba a dar frutos: Fuerza y cadencia, lo más ágil posible, me permitía pasar a los que se trancaban arriba de los pedales. Curva a la derecha y continuamos subiendo, recta, pequeño descenso y ascenso de nuevo. Bajadas y subidas. Bajada pronunciada, competidores cruzándose adelante, curva en 90 grados a la derecha y ascenso, plano, descenso en pendiente mayor a 10% con curva cerrada al final y que al regreso será la subida más pesada. Descenso largo y con curvas amplias, algunos rodados alrededor mío por los que se cruzan y viene el “plano” que da la vuelta por el Golden Gate Park y regreso por la misma ruta. No hay puestos de hidratación, dependes de lo que llevas. En las bajadas sólo algunos tramos pude dar rienda suelta, el resto tenía que ser descenso controlado, por las características de la ruta en un barrio residencial y los otros corredores. Llegada a la zona de transición, mas caídas por las frenadas bruscas. Logro dejar mi bicicleta y ponerme las zapatillas sin inconvenientes.

Los primeros 3 km de trote son planos, un sendero de maicillo bordeando la bahía, viene un ascenso por muchos, muchos peldaños que la mayoría caminaba, continuamos subiendo por asfalto y luego descenso. Pese a ir en bajada me siento pesado, con malestar abdominal, no es cansancio, es frío… hipotermia. La decisión de no abrigarme a la salida del agua para hacer el ciclismo fue un error. Llego a la playa donde, después de unos 500 metros de arena giramos para el retorno. Aquí escuché un grito: ¡Vamos Chile!, era el compatriota Germán Pérez, que yo sabía que estaba en la carrera, pero no lo había visto antes. La salida de la playa es subiendo por una escalera de peldaños de troncos cubiertos por arena (sand ladder), 200 metros que son cronometrados en forma aparte por su dificultad y que la mayoría comienza en forma entusiasta y termina… apenas. Hay que guardar la mejor sonrisa para la cima donde hay un contingente de fotógrafos. Sale el sol, descenso por la misma ruta, el plano, se siente más calor, impulso final y... la meta.

¡Había logrado escapar de Alcatraz!

Muy entretenida, la disfruté mucho, pero definitivamente es una carrera muy técnica, con detalles que debes conocer previamente para una adecuada programación y preparación.

En el nado no hay una línea de boyas que seguir, sino una ancha franja custodiada por medio centenar de kayaks y motos a cada lado, en donde apuntar directamente a la salida o un zigzag inadvertido te pueden costar mucho tiempo.

El ciclismo debe ser con fuerza y cadencia ágil todo el tiempo, especialmente las subidas, para que las piernas no te pasen la cuenta más tarde, y eso es algo que se debe entrenar en forma dirigida. Conocer el recorrido en forma previa ayuda a adelantar y preparar los cambios, pero debes mantener una atención permanente a la ruta para anticipar qué harán los otros ciclistas y que se pueden cruzar en cualquier momento.

Probablemente el trote no sea muy distinto a un buen entrenamiento en cerro, que cualquiera hace dentro de su programación, el problema es que hayas guardado debidamente las piernas para esos casi trece kilómetros que incluyen distintos suelos.

Como decía en un principio, es una carrera diferente, con distancias propias y características que la hacen especial. No tomas la bicicleta, el bolso con todas tus cosas y llegas a una competencia más. Debes prepararte, no sólo en el aspecto físico, sino también logístico, vislumbrar posibles escenarios como oleaje intenso, frío excesivo, lluvia, calor, etc., que requerirán de tu capacidad de tomar decisiones y continuar adelante. Por eso espero que estas líneas, fruto de mi experiencia en la competencia el 7 de junio recién pasado, sean útiles a futuros escapistas.

No basta con nadar, pedalear y correr velozmente, hay que hacerlo bien... gana aquel que lo hace mejor.

Mario Orío


Mario y su esposa

Fecha de la carrera: Domingo 07 de junio de 2015

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