Emilio Ramírez: “Un Mundial inesperado”

Cuando digo inesperado, más que el resultado y como se dio la carrera, es porque un año atrás no estaba inscrito a ningún 70.3 con licencia, y sólo había corrido 1 carrera en esa distancia (el half de Isla de Pascua), y para ser más preciso, era mi única carrera de triatlón en los últimos 13 años, por lo que en ningún caso pensaba en un mundial.

Luego corrí Puerto Velero y pocos días después me inscribí en Lima, que hasta ahí, iba a ser mi primer Ironman 70.3. A las pocas semanas se abren algunos cupos para Pucón y sin estar muy convencido, me inscribo!!!! Con eso ya estaba la motivación para volver a correr Pucón después de 14 años, pero siempre pensando que mi carrera a la que llegaría mejor preparado sería Lima.

En Pucón hice una carrera cercana a lo planificado, quedando en un 9º lugar preliminarmente, que al final fue un 7º lugar en mi categoría, con 5 cupos disponibles, ahí recién empecé a ver el mundial como una posibilidad, pero como ya es conocido, los cupos no se repartieron después de la premiación. Inesperadamente en febrero, y estando de vacaciones, me llega un mail avisando que estaba clasificado al Mundial. No lo pensé mucho y sobre todo que hace tiempo que quería ir a ver la producción de una carrera de nivel mundial, como parte de mi trabajo (en Milpies organizando eventos deportivos, principalmente triatlones) entonces la oportunidad de ir a ver y además correr un mundial, ya estaban ahí.

Después vino la parte menos amigable, entrenar en invierno, pero pude organizar bien los entrenamientos, nadando con Brainteam, pedaleando los largos con el TYM y el trote con Run Club, deporte donde tenía que enfocarme en mejorar para llegar bien al mundial. A pesar del invierno, pude disfrutar de los entrenamientos y ver los progresos, manteniendo la motivación para llegar lo mejor posible. Estando a cuatro semanas, inesperadamente una lesión en el piriforme casi me deja abajo del mundial, y hubo que cambiar los objetivos de hacer una buena carrera, a hacer lo posible por terminar la carrera.

Hasta que llego el día del viaje, era mi primer mundial y había que dejar todo en la carrera, como dicen por ahí si no duele no vale. El llegar unos días previos fue fundamental para ver los circuitos, la corriente en la natación, la altimetría del ciclismo y trote, la temperatura y humedad, etc. Además de poder disfrutar con un tremendo grupo de chilenos (en calidad y cantidad).

El sábado que corrieron las mujeres, estuvimos apoyando desde temprano, y eso también me sirvió para saber cómo se venía la mano el día siguiente, y estar consiente que el circuito era realmente duro.

Llego el día de la carrera y me dediqué a disfrutar cada minuto, tenía claro que esta experiencia sería única, nunca más iba a correr mi primer mundial 70.3, todo iba dentro de lo estimado, pero siempre con la preocupación de cómo se iba a comportar la lesión al bajarme a trotar, llego a la T2, y la lesión casi no molesta!!!, pero inesperadamente, tengo la planta de los pies dormidos y el trote no va saliendo como quería. Ya pasado unos kilómetros y viendo que los pies no mejoraban mucho, rápidamente hacer cambio de planes y olvidarse del ritmo de carrera, el objetivo pasa a ser “no caminar en el trote”, objetivo que se cumplió y la medalla finisher se vino la casa, que finalmente es lo que quedará junto a la tremenda experiencia de estar en un mundial.

Aprovecho de felicitar a Folo y Ricardo por el gran aporte que hacen a este lindo deporte con Trichile y agradecer a todos los que me ayudaron y apoyaron para que este mundial ya sea parte de mi historia, mis entrenadores (Matías Brain, Ruben Arias, Luis Montenegro) la gente de mi oficina, los partner de entrenamiento, mi familia, los amigos, etc. etc.

Hubo muchas otras cosas inesperadas, pero no fueron parte del triatlón, por lo que sólo quedarán dentro de las anécdotas de este mundial. Ahora a seguir en esto y espero seamos más chilenos aún en Sudáfrica 2018.