El ego de los entrenadores


-Estracto del libro “The Science of Running” de Steve Magness-

Cuando un pupilo tiene un mal día de competencia y el entrenador empieza a culparlo a él del pobre desempeño desde el principio, inicia el juego de la culpa. Juego en que el coach culpa al atleta de la falta de esfuerzo en la obtención del objetivo.

Y cuando el ego va atado a la autoestima, cualquier cosa que atente esta autoestima se convierte en amenaza, así un coach cuya autoestima está dada por los resultados de sus pupilos no tolerará malos desempeños, pues sentirá que son una amenaza a lo que le da valor como profesional y persona. Aunque inconscientemente esté pensando “no soy lo suficientemente listo para entrenar a este pupilo”.

Entrenadores principiantes tal como atletas principiantes comparten el fenómeno de definir sus carreras en base a los resultados y récords. Pero a medida que se tornan veteranos, este esquema mental muta, quitando el foco del récord como objetivo final y utilizando las marcas obtenidas como un barómetro, que dará luces sobre cómo estamos y hacia donde tenemos que apuntar para mejorar.

Un Entrenador Egótico tiene estas características:

  1. Asocia y define su valor profesional con los desempeños de sus pupilos.
  2. Cuando las cosas salen bien es porque “siguieron el programa que yo les hice” y cuando salen mal es porque los atletas tienen la culpa.
  3. Cree que su método tiene todas las respuestas y no está dispuesto a cambiarlo.
  4. Cree que tiene el secreto del éxito y no está dispuesto a compartir conocimiento.
  5. Convence a sus atletas que es el único que sabe cómo sacarles rendimiento.
  6. Trata a sus atletas como negocio, solo le interesan las marcas y no su desarrollo atlético/personal.
  7. Pueden caer en la tentación de hacer trampa, pues son esclavos de sus egos atados a resultados.

Convengamos que es imposible no tener ego, pero hay que saber tener un ego balanceado.

Lo primero que hace un buen entrenador cuando que observa un pobre desempeño en su pupilo, es analizar qué sucedió, y/o qué planificó mal en su fase de entrenamiento para corregirlo. Está bien tener un método, pero un solo método no servirá para todos los atletas por igual. Por lo mismo hay mucho de prueba y error de parte del coach hacia los atletas, quienes deben estar dispuestos a “perdonar los errores” que comete el coach y trabajar junto a él en su autocrítica para corregirlos, adaptar sus entrenamientos y comenzar un nuevo ciclo en la búsqueda del desarrollo atlético y profesional.

por Adrián Rodríguez (Martes 15 de septiembre de 2015)

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