Cuando el cuidado del cuerpo se transforma en una enfermedad


Este es un temazo de la actualidad, muchas veces escondido o camuflado y de difícil detección, pero que día a día llega a más deportistas, ya no sólo en deportes estéticos, sino en deportes de larga duración como lo es el triatlón y running, donde “el peso” es un factor en el rendimiento.

Hay estudios que indican que el 62% de los deportistas han sufrido trastornos de la alimentación alguna vez a lo largo de su carrera. Además, en el caso del triatlón el riesgo de padecerlo es más pronunciado. Un estudio noruego entre deportistas de elite descubrió que los trastornos en los hombres que realizaban mucho volumen de entrenamiento semanal (caso de los triatletas) es más elevado que en la población masculina en general. Y este porcentaje aumenta en los deportistas amateur, tanto en hombres como en mujeres (sobre todo en edades sobre los 25 años).

¿A qué se debe? Principalmente al nivel de perfeccionismo que exige el triatlón, el ciclismo y el running. La presión del medio, los entrenadores, los mismos compañeros y el autoperfeccionamiento que hace que los amateur quieran ser igual que los profesionales. Nos olvidamos que el deporte es una forma de entretención y queremos llevar al límite el cuerpo para demostrar o demostrarnos que tenemos un superhombre o supermujer en el interior y que nada puede pasarnos.

¿Cuáles son los síntomas o trastornos más conocidos?

1. La ingesta alimentaria inadecuada:

Exceso de comida, los típicos atracones para saciar el ansiógeno (es el más común de todos). A partir de ahí, la utilización de métodos inapropiados de pérdida de peso y posteriormente incrementos del volumen de entrenamiento para tratar de equilibrar rápidamente la ingesta desmedida (sobre entrenamiento, deshidratación, por uso de diuréticos, laxantes, purgas o simplemente salir a correr a botar el exceso de comida).

Este mismo trastorno también existe sin eliminación. Simplemente atracones, sin medir la cantidad de comida y luego sentirse culpable.

2. Anorexia y bulimia nerviosa

Son los dos casos de desorden alimenticio más comunes. En la anorexia nerviosa el deportista tiene la percepción de estar en sobrepeso a pesar de estar un 15% o más por debajo de su peso ideal. En la bulimia nerviosa hay atracones recurrentes, purgas posteriores compensatorias (ya sean ayunos prolongados o ejercicio extra), y la autoestima se ve muy influenciada por el peso.

3. La triada de la deportista (sólo en mujeres) alteraciones en la conducta alimentaria, amenorrea y osteoporosis.

4. La adicción por la actividad física y las dietas estrictas perjudicando vida familiar, salida con amigos o el simple hecho de comer algo inadecuado es un problema que consume al deportista.

5. Obsesión por la comida sana y el no faltar a ningún entrenamiento. Si bien esto suena bien y es lo que uno promueve, vida sana + ejercicio, se trasforma en un trastorno cuando afecta tu vida laboral, social y familiar. Y no eres capaz de ceder y llegar a un equilibrio.

Todas estas conductas se transforman en algún trastorno cuando no pueden ser controladas. Evitas reuniones donde habrá mucha comida para no caer en tentación. Se inician muy sutilmente y pueden permanecer por años antes que alguien se dé cuenta.

Cada vez más ciclistas, triatletas y runners resultan afectados.

Según especialistas, el problema puede originarse cuando, de manera recreativa, la persona pierde un poco de su peso corporal y mejora su imagen al iniciar sus entrenamientos. De esa manera optimiza su rendimiento y logra ser cada vez más eficiente frente a los retos físicos que debe enfrentar.

Con un poco de actividad física se puede mejorar tanto externa como internamente, puede generarse el deseo de continuar mejorando y así, la dieta se hace cada vez más estricta y los entrenamientos son la parte principal de tu vida.

Surge la dismorfofobia o trastorno dismórfico corporal en el atleta, es decir, esta persona se ve con defectos que puede revertir con el estilo de vida cuando en realidad no los tiene. Por lo que se torna extremadamente crítico con su imagen corporal.

Nos cuesta entender que no todos tenemos el mismo cuerpo, que existe una genética, un biotipo, que no somos de raza etíope y que somos capaces de sacrificar la masa muscular para obtener el peso que quiero o que alguien me dijo que era el perfecto para la carrera. Perder masa muscular en un deportista es llevarlo a lesiones y disminuir su rendimiento. Distinto es si un físicoculturista quiere empezar a correr, porque probablemente va a perder masa muscular, pero me refiero al promedio de gente, que por lo general no tiene buena masa muscular y sí alto tejido adiposo. Muchos deportistas, en su trastorno, no son capaces de comprender esto y siguen obsesionados con el número de la balanza y la grasa.

Adicción

Estos trastornos pueden afectar notablemente la calidad de vida de la persona, convirtiéndolo en un adicto a la actividad física y las dietas estrictas. ¡Y les gusta vivir así!

La presión social respecto a la estética, la presión del compañero de al lado y la presión por ser el mejor está sobrepasando los límites.

La gravedad queda representada en los elevados índices de morbilidad, la cronificación del trastorno y, en el caso del deportista, aumento de lesiones y disminución del rendimiento al largo plazo.

¿Cuáles son los grandes problemas de todo esto?

  • Problemas cardiovasculares.
  • Mayor incidencia de fracturas, desgarros, calambres.
  • Enfermedades producidas por virus y bacterias.
  • Pérdidas de potencia muscular y resistencia que repercuten negativamente sobre el rendimiento.
  • Alteraciones del metabolismo.
  • Colesterol alto.
  • Mal genio.
  • Depresión.
  • Trastornos del sueño.
  • Trastornos sociales.
  • Aislamiento.

El deportista con trastornos de la conducta alimentaria es un miembro de una población especial con un problema al que pueden haber contribuido factores diversos: la naturaleza de la disciplina deportiva, los reglamentos deportivos, la frecuencia de los entrenamientos, la carga de entrenamiento, la restricción alimentaria, la sub-cultura ligada a la disciplina deportiva, las lesiones, el sobre-entrenamiento o el comportamiento del entrenador.

La información de la que se dispone en la actualidad acerca de la relación entre deporte y trastornos alimentarios es todavía insuficiente. Pero muchas veces basta con escucharlos en la consulta.

¿Cómo salir de una obsesión?

En primer lugar hay que acostumbrarse a unos hábitos de comida saludables, que también conllevan cierta formación en conocimientos nutricionales. Los triatletas y deportistas en general suelen estar bastante al tanto de este tipo de información, pero siempre es bueno ser guiados.

Por otro lado, hay que trabajar emocionalmente, aprendiendo a resolver la situación de ansiedad de una manera distinta a la vía de ingesta no controlada de alimentos, tanto en exceso como en privación.

Principalmente evitar las dietas severas y los comentarios a tu compañer@ porque no sabemos cómo domina su autoestima. Es un tema delicado. Y lo que a veces a ti no te gusta de tu cuerpo es lo que justo a alguien sí.

Muchos son papás de niños deportistas, y ellos copian todas las conductas de los adultos.

Vivamos una vida saludable, pero sin obsesiones y disfrutemos sin culpas. Mirarse al espejo y aceptarse te llevará a cuidarte sanamente y mejorar en tu deporte y tu vida.

Los espero en mis consultas (stadio italiano o demech).

Nutricion_Pilar_Caviedes

Pilar Caviedes
Licenciada en Nutrición
Profesora Educación Física

Nadadora
Embajadora Salming, Sowbio, Xterra, Vepalchile, Giro saludable
Instagram: @pili_caviedes_buonmangiare
Email: contacto@pilicaviedes.cl
Fono: +569 98708038

Lunes 09 de octubre de 2017

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