Pierangela Dezerega: "Lo mejor de este Ironman, lejos fue correrlo con Carlos"


Race Report Ironman Brasil 2017

Este Race Report va dirigido a la señora, polola, hija, hermana, tía, mamá o cualquier mujer que va de barra, que vibra, que corre de un lado para otro. Aquella que calcula los tiempos y se pega plantones de 3 horas. Cuando en una carrera de 10 horas o más ve pasar 3 ó 4 veces por carrera a cada corredor, y en ese instante es capaz de gritar, sacar fotos y dar ánimo. A todas ellas va dirigido este race report. ¡Atrévanse, todos partimos de cero!

Hace 7 años, a los 23, no sabía nadar, ni menos pedalear. Anduve 3 meses sin calas por miedo a caerme y cuando me las puse estuve 6 meses más cayéndome de la bicicleta al bajarme. Hasta que un día, Claudio Nieto me enseñó. Ahí seguÍ cayéndome como un mes más hasta que aprendí, partí con una bici de $200.000 que pagué en cuotas y atrasadas. Fue un proceso lento, y si miro hacia atrás nunca imaginé que podría llegar donde estoy, pero si no me hubiese atrevido, tampoco lo hubiera hecho.

Fue un proceso lento, donde varias veces tiré la bicicleta lejos, sin ganas de subirme nunca más. Sufrí a rueda de hombres que lo único que quieren es que nos larguemos, rabié en la pista, llegué llorando de largos, salí con depresión de la piscina, tantas cosas, que ahora miro y sinceramente de corazón, les envío este mensaje: Atrévanse en hacer una carrera, sea cual sea, hace que cumplamos objetivos, y eso es fundamental para mantenernos sanos mentalmente, además fortalecen las relaciones, créanme que hacer esto en pareja es lo mejor.

El proceso


Como mi horario de trabajo es de 9 a 6 de la tarde, no tengo permiso para salir a pedalear un jueves o correr a la hora de almuerzo. Para mí no hay tiempo para “malos entrenamientos”. Trato de dar lo mejor de mí en todos ellos, priorizando calidad sobre cantidad. Nado tres veces a la semana, una hora veinte por sesión. Hace más o menos 3 meses empecé a nadar con la Caro Trewhela, quien además de corregirme y darme varios tips, me ha ayudado a encantarme. La verdad es que la piscina para mí era algo a lo que tenía que ir, pero jamás llegué motivada a entrenar. Ahora lo disfruto y hasta me da lata cuando no puedo ir.

En la bici hago las sesiones de rodillo, dos veces por semana, donde estas varían de acuerdo al plan del Lalo, y a lo más es 1:40, pero siempre muy concentrada, tratando de que todas sean parejas y fijándome en los watts y pulsaciones. Esto no lo hago para medirme (siempre trato de dar lo mejor), sino más que nada para entretenerme en algo. De fondo escucho música (bendito Spotify) y los largos los hago el sábado, generalmente sola. Esta vez pedalié un par de veces en grupo, pero siempre en mi cabeza pensando que en la siguiente vuelta me voy sola. Pero claramente sirve saber que hay otra persona que tiene que hacer lo mismo que tú, por lo que entrenar en grupo para mí no es sólo pedalear con gente, sinó que va un poco más allá.

En el trote es lo mismo. Hago largos el lunes o domingo y si no lo hago el domingo lo tomo como día de descanso, lo que para mí es fundamental. Soy muy buena para dormir y el domingo lo ocupo como recuperación máxima. Es el único día que puedo dormir hasta las 11 ó 12 del día. Agradezco que esta vez logré hacer el último ciclo todos los largos bajo 4:20, por lo que correr al ritmo que corrí el maratón fue “sencillo”, ya que creo que acostumbré mi cuerpo a correr rápido. Los miércoles entreno en la pista y viernes o sábado (post bici), un trote de a los más 15 kilómetros.

En cuanto al físico, esta vez fui un poco floja. Dejé el gimnasio porque la verdad es que andaba corriendo siempre, llegaba de mal humor a hacer el rodillo, tarde, sin muchas ganas, cansada, y a veces terminaba a las 10 de la noche, por lo que opté por lo sano y si alcanzaba, bajaba al gimnasio de mi edificio y hacía unos 30 ó 40 minutos de core, con distintos ejercicios en rutina.

El Ironman


Brasil, por muchas razones, sólo es necesario pedirse algunos días de vacaciones. Al igual que todos, tengo sólo 15 días y muchos me preguntan porque no voy a otro lado o al mundial 70.3, y la verdad es que me encantaría, pero tengo cosas que cumplir en la pega y siempre parto el año con vacaciones al debe. Por lo que Brasil cumple, es lo más factible, además es donde más chilenos corren, te sientes como en casa, todos te gritan y brindan apoyo, es más barato, el clima es ideal, a lo más llueve pero con 20 grados, el circuito es amigable, tiene varios para allá y para acá, partes planas y con repechos que hacen que se te pase rápido la bici. Además de un trote con 3 vueltas, que también se hace más llevadero. En fin, para mí tiene muchos pro.

El día de la carrera dormí bastante bien. Sonó el despertador, tomamos desayuno y nos fuimos al parque cerrado. Había hecho más carga de carbohidratos de lo habitual y me sentía con la guata pesada, no pude ir al baño y eso me preocupó, llegue prácticamente justo a mi largada. Probé el agua y a encajonarse. Éramos 7 mujeres de mi equipo más bastantes hombres, por lo que fue grato. Veo al Folo, nos saca fotos, me toma la mano y sentí los nervios, pero sabía que había entrenado muy bien y que estaba para bajar mi marca. Uno nunca sabe lo que el destino nos depara. Pero ya estaba ahí, un minuto para partir y ¡pam! Suena el pito y a nadar 3.800 metros.

El agua estaba como una taza de leche, calmadísima, las boyas se veían perfecto. Pensé en mis brazos y los pies, cuando de repente siento el pelo en mi cara. Se me estaba saliendo el gorro, me puse los lentes abajo y el gorro se iba saliendo. Mal. Tenía que parar cada 100 metros para arreglármelo, una lata. Ya en la primera boya pillamos a las largadas anteriores, así pasé con cuidado. Veo a mi partner Dani Núñez y la trato de pasar pero fue imposible, sé que ella es muy derecha para nadar, así que apenas pude me colgué tras ella un rato, luego la perdí. El agua en Brasil es muy turbia y apenas se ven los pies, por lo que no es fácil seguir a algunos. Salí en 1:05, tal como lo planeé. Pero podría haber sido un poco mejor.

Los 180 kilómetros


Parto a la bici y acá sabía que tenía que darlo todo. Había estudiado el circuito, en cuánto debía pasar algunos kilómetros estratégicos y conseguir bajar las 5 horas.

Partimos y apenas se podía pasar. Los primeros 5 km fueron muy trabados, recién cuando salimos a la carretera pude empezar a pasar corredores y tomar el ritmo de la carrera. Pasé perfecto los 90 y luego bajé la velocidad. Capté que en plano soy más mala que en repechos, claramente debe ser porque entreno siempre en la Radial, por eso en la parte plana me costó mucho mantenerme sobre los 36 km/h (velocidad que debía mantener para bajar las 5 horas).

En las subidas ocupé plato chico, mi bendito piñón 28 y como hámster me iba subiendo, a 90-95 de cadencia. Así fui pasando gente sin sobrepasar los 230 W. Al bajar me encomendé a todos mis abuelos, pidiéndoles que me cuidaran.

Finalmente registré 5:03 y para los amantes de los Watts con 170 normalizado. Debiera haber estado entre 165 y 185, por lo que claramente en la bici podría haber dado más. Analizando me di cuenta que regalé un par de minutos en los planos, además en las salidas y entradas a Jureré.

El Maratón


El año pasado lo corrí en 3:25 y este año mi meta era mejorarlo. Había estado entrenando muy bien y sinceramente quería un trote bajo las 3:20.

Partí sintiéndome muy bien, liviana, con mejores sensaciones que el año pasado. Corriendo en el orden de 4:40 como parte del plan, sintiéndome bien. Comí unos geles que probé en la bici, pero nunca en el trote. Pero en el kilómetro 13 me llegó el bajón. Empezaron los fantasmas, me dolía la guata. Voy al baño de forma flash, pero no sé si fue peor o mejor, porque me costó mucho mantener el ritmo bajo los 5. Me sentí sin energía y con ganas de terminar esto. Tenía ganas de abortar la misión.

Cuando termino la primera vuelta, veo al Lalo y le digo que no puedo, me dice que tengo que sacar energía que queda mucho aún. Iba recién en la primera y eso me significaría pasar por esto una vez más, ya que tomaría el cupo a Hawaii. Pero escuché a mi otro yo y me decía que le diera con todo, que la corredora que venía atrás estaba a mucha distancia y que yo podía. Fue una lucha interna entre yo y mi otro yo. Por suerte ganó el otro yo y empecé a tomar Coca cola. Cambié la estrategia de geles, me comí un gu roctane, y fui poco a poco reviviendo.

Debo decir que la segunda vuelta la hice con el corazón. No recuerdo mucho lo que pasó, ni lo que pensé. Solo corrí. Terminé el segundo giro y veo a la Gabi. Trato de alcanzarla pero no puedo, hasta que llegamos a un puesto de abastecimiento y ella para. Yo no lo hago y trato de correr todos los puestos, así la alcance. Nos vamos juntas y me habla, yo apenas respondía. Se me va, la alcanzo nuevamente, pero se me vuelve a ir. En eso mi Garmin marca 36 km, y ya estaba en la “V”, sólo 6 km. Me como el último gel y revivo.

La estrategia dio resultado


Los últimos kilómetros siempre me viene un segundo aire, esta vez me vino un poco antes, y me voy. Logro bajar un poco el ritmo y me mantengo bajo los 5 minutos el km. Llego a la meta y finalmente registré 9:40:03. Muchos quedaron impresionados con el tiempo, pero fue para lo que entrenamos. El Lalo definitivamente ha sacado lo mejor de mí, y me ha convertido en una triatleta de verdad. Ahora toca afinar algunas cosas, más de cabeza y tratar de dar lo mejor de mí en Hawaii.

Lo que cambié esta vez fue la alimentación. Antes tomaba sólo Gatorade y agua, más geles, gomitas y barras. Pero en Brasil cambié la estrategia y llevé más carbos en el líquido, y en la bici me tomé una caramagiola de Long Energy y otra de Carbo Loader. A esto sumé siete geles, uno cada 45 ó 50 minutos, más Gatorade y agua en los puestos de abastecimiento. En el trote me comí un gel cada 7 km, eso lo mantuve.

Lo mejor de este Ironman, lejos fue correrlo con Carlos.

Tengo que agredecer como siempre a todos. A mis amigos y amigas que cada vez veo menos. Al Team Bustos por existir y a la barra brava que tienen. ¡Se pasaron! Y a todo el grupo Floripa 2017. Al Lalo por confiar en mí desde el día 1, al Carlos que me aguanta todas estas locuras. A mi familia y la del Carlos, a Trichile por estar en todas, y por supuesto a los que me apoyan en estas aventuras: Banco BCI, Belsport – K-One, LIV-Giant, Xterra, Clínica MEDS, Sweet Sweats y Nutrición Deportiva.

Pierangela Dezerega
Team Bustos

Fecha de la carrera: Domingo 28 de mayo de 2017

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